lunes, 3 de diciembre de 2012

“Prepotencia y perversidad en el FMI”


El Correo Ilustrado

El FMI recomienda para México elevar la recaudación y reducir la dependencia de los ingresos petroleros.
Una cosa es recomendar y otra muy distinta dar por hecho que así sucederán las cosas a través del ejercicio de la presión política y económica sobre nuestro devastado país. Así se las gasta el FMI: cúmplase la voluntad en los bueyes de mi compadre.
Qué prepotencia y perversidad existe en este organismo internacional.

Por un lado exige que aumente la recaudación de impuestos pidiendo que los gobiernos estatales y municipales racionalicen su gasto y hay una contradicción a la vista: aumentar los ingresos no petroleros, pero a la vez reducir los gastos de la Federación, harakiri para el Estado mexicano, ¿estará decidido a hacérselo? Por otro lado también pide que se fije un impuesto a las gasolinas y aumentar el IVA a los consumidores, quitar el subsidio a la electricidad y los combustibles.

¿De qué hablan estos señores aves de rapiña? Hacen planes para 2030, controlando económicamente todo el país y el tiempo, durante el cual tendrían amplios beneficios. Ante tales amenazas, urge la unidad de las fuerzas progresistas y patrióticas para enfrentar decididamente las políticas expoliadoras del FMI y el imperialismo internacional.

Luis Langarica Arreola

Pregunta para la Comisión Nacional de Salarios Mínimos

El salario mínimo es una burla para los trabajadores de México e inconstitucional, ya que de conformidad con el artículo 123, apartado A, fracción VI, además de ordenar aquél será general o profesional, nos dice que deberá satisfacer las necesidades de un padre de familia y así poder ofrecerle una vida digna.

Pregunto a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos: ¿cuál es el diagnóstico a seguir para fijar estas percepciones y así cumplir con el artículo en comento? No sólo se trata de comprimir las áreas geográficas A, B y C, para fijar los salarios mínimos, sino de los factores sociales económicos y jurídicos de cada zona geográfica, y así tener una percepción justa para cada trabajador.

Ángel J. Simbrón del Pilar, estudiante de la Facultad de Derecho-UNAM

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