martes, 30 de septiembre de 2014

Peña Nieto evitó la vergüenza panista

La oficina de prensa de Los Pinos confirmó nuestro avance y anunció que el Presidente viajaría a Michoacán para asistir a la conmemoración del natalicio de José María Morelos.
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Para vergüenza de Jorge Luis Preciado, algún día deberá explicar por qué hizo hasta lo imposible para que el Presidente Peña Nieto no visitara el Senado de la República. El senador colimota no puede alegar amnesia: es cierto que no era diputado federal cuando un presidente de origen panista, Vicente Fox, fue repudiado por el Congreso de la Unión, pero le tocó ver de cerca el vergonzoso episodio porque su Legislatura recién había concluido. 
 Los legisladores perredistas, encabezados por Carlos Navarrete, no le permitieron ingresar a la Cámara Baja a leer su informe de labores el 1 de septiembre de 2006. Fue penoso ver al Presidente esperar ante la puerta cerrada de la Cámara, más baja que nunca, que algún legislador le hiciera el favor de recibir el informe. 

Cuando ocurrió, caminó sobre sus pasos y regresó a Los Pinos. Tres meses después otro panista, Felipe Calderón, pudo protestar como Presidente en la Cámara de Diputados sólo porque los priístas auxiliaron a los panistas en la integración del quórum. 

La fotografía histórica muestra a Fox y a Calderón al lado del entonces senador Manlio Fabio Beltrones y atrás de ellos, Manuel Añorve. Cinco años después, en 2011, Calderón canceló su presencia en la inauguración de la sede actual del Senado.

El Presidente hizo bien porque el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza, amenazaba con cobrarle la extinción de Luz y Fuerza; le era suficiente con faltarle al respeto. Ayer, a las 14:00 horas, IMPACTO TV adelantó en exclusiva que Peña Nieto no asistiría al evento convocado por el presidente de la Mesa Directiva del Senado, el perredista Miguel Barbosa, para arrancar un seminario sobre federalismo. Más tarde, la oficina de prensa de Los Pinos confirmó nuestro avance y anunció que el Primer Mandatario viajaría a Michoacán para asistir a la conmemoración del natalicio de José María Morelos. 

 Poco antes, los senadores panistas habían anunciado que tampoco asistirían, sólo porque el Mandatario se rehusaba a debatir con ellos. Cualquiera sabe de la inexistencia en la ley de obligación del Presidente de debatir con los legisladores, diputados o senadores, en cualquiera de las Cámaras de Congreso de la Unión, se trate del Pleno o de alguna de las muchas comisiones. No existía ni siquiera antes de que por el rechazo a Fox, el Congreso eliminara la ceremonia del informe presidencial. 

Plutarco Elías Calles, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y otros mandatarios debieron soportar en silencio las agresiones verbales de legisladores, como el propio Fox, Porfirio Muñoz Ledo o el yerno de José Vasconcelos, Herminio Ahumada. Aunque los mandatarios quisieran entrar en diálogo con ellos, estaban obligados a guardar silencio. 

 En el sexenio pasado hubo un intento de restaurar de cualquier manera el diálogo directo entre legisladores y el mandatario. Manlio Fabio Beltrones y varios senadores de diferentes partidos, excepto del PRD, acudieron al Salón de Embajadores en Palacio Nacional (en tiempos de Sebastián Lerdo de Tejada fue sede del Senado) y dialogaron sobre varios temas. 

 Para no variar, IMPACTO dio cuenta puntual del encuentro que Calderón echó a perder porque todos sus comentarios fueron matizados por la sucesión presidencial. Quizá el más coloquial de los diálogos fue cuando pidió a Melquiades Morales que no lo “zopiloteara”; el senador poblano le había tratado la necesidad de legislar sobre la ausencia total del Presidente de la República. 

 Hoy, en su condición de jefe del Ejecutivo Federal, Peña Nieto debió estar en el Senado invitado, ¿quién lo creyera?, por el coordinador de los perredistas, Miguel Barbosa, quien preside la Cámara Alta. No estará porque Madero, que fue coordinador de los senadores panistas cuando el encuentro de Manlio con Calderón, instruyó sabotear el evento a su mozo de estoques, Preciado. 

 Se entiende: después del Pacto por México y de la aprobación de las reformas, Madero tiene urgencia de demostrar a los suyos y a sus contrarios que el PAN es realmente un partido de oposición. 

 Pero más allá de las razones que llevaron a Peña Nieto a cancelar su visita al Senado, hizo bien en evitar a los senadores de Acción Nacional la vergüenza de comportarse como lo que no son, o lo que creíamos que sólo era potestad de la izquierda beligerante. Por lo demás, baste decir que por ley, Barbosa está obligado a fortalecer la relación de los Poderes de la Unión.

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